Dirigida por Wilfredo Medina, hace seguimiento a los sobrevivientes de la matanza de Naylamp de Sonomoro en San Martín de Pangoa, Satipo, Junín; tras anunciarse la exhumación de los fallecidos 26 años después. El documental tardó aproximadamente tres años en realizarse debido a la falta de apoyo financiero y se presenta en el 24 Festival de Cine de Lima casi 4 años después de la exhumación de los fallecidos en la categoría de competencia documental.
A las 5:45 pm, el 12 de abril del año 1990, Sendero Luminoso asesina a sangre fría a 50 hombres, mujeres y niños. Los pobladores que fueron asesinados fueron aquellos que se quedaron a defender el pueblo de la incursión senderista. El documental entrevista a sobrevivientes y familiares de los fallecidos, quienes entre lágrimas cuentan la historia de lo ocurrido ese día. La herida claramente se mantuvo abierta por 26 años; la exhumación, identificación y entrega de los cuerpos es un primer paso en dirección a cerrar esta herida. Pero la brecha está lejos de ser subsanada, sobrevivientes exigen que se termine con el abandono de poblados como el de Naylamp de Sonomoro, que se descentralice el poder del estado y que se apoye a las víctimas del terrorismo que nunca recibieron apoyo estatal.
Los testimonios de los sobrevivientes dan cuenta de una represalia por parte de Sendero en contra de las rondas campesinas que defendían Naylamp de Sonomoro. Aquello explicaría el terrible ensañamiento con las figuras más representativas del poblado. Las entrevistas también dan cuenta de una población resiliente, dispuesta a salir adelante, orgullosos de ser de Naylamp de Sonomoro. Es inevitable sentir como espectadores una parte del dolor que vemos en las entrevistas, me atrevería a decir que es el documental sobre el conflicto armado que más me ha hecho sentir a flor de piel el dolor y la impotencia de los sobrevivientes de las peores décadas de la historia de nuestro país. En ese sentido, considero de suma importancia ver estos testimonios, por más difícil que sea, con el fin de núnca olvidar la importancia de luchar por la igualdad, dignidad y bienestar de todos los peruanos.
A grandes rasgos es un documental íntimo, que otorga voz a un poblado pujante, a sobrevivientes que se negaron a permitir que la tragedia defina sus vidas. A mi parecer es un documental obligatorio para cualquier peruano y espero sinceramente que le vaya bien durante el festival y en futuras proyecciones.
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