Gothika (2003)


*SPOILERS*

Voy a hacer todo lo posible por escribir esta reseña como si no hubiese visto esta película unas 15 veces. Esta caserita de los viernes por la noche en TNT fue dirigida por Mathieu Kassovitz, más conocido como el actor que hace del interés romántico en Amelie. Kassovitz dirige la película de culto sobre brutalidad policiaca en Franca, La Haine, en 1995, Los Ríos de Color Púrpura en el 2000 y luego por alguna razón esta película de terror americana tan dolorosamente promedio. Nuevamente el problema principal lo tengo yo, me encanta esta película, me encantan las películas de terror de los 2000s. No se si será este vergonzoso fetiche que tengo con Limp Bizkit (que canta la canción principal del soundtrack de la película), el regreso del estilo mall goth o que mientras más me acerco a los treintas más trato de rememorar mi infancia; el punto es que me encanta esta película.

Gothika comienza la historia presentándonos a Miranda (Halle Berry), una psiquiatra en una prisión/manicomio que parece no tener luces porque está tan oscuro que parece Arkham Asylum que se encuentra tratando a  Chloe (Penélope Cruz), una interna que tiene vívidas alucinaciones en las que es violada por el demonio en su celda por las noches. Miranda está casada con el jefe del área de psiquiatría, un señor con complejo de dios al que idolatra. El co-trabajador de Miranda, Pete (Robert Downey Jr.), vive enamorado de Miranda pero se resigna a ser el fan enamorado de la esposa del jefe. Este triángulo amoroso no durará mucho.

De camino a casa, Miranda hace una maniobra peligrosa con el carro tratando de evitar atropellar a una muchacha que se le aparece en el camino. Al bajar del auto y acercarse a la muchacha parada en medio de un puente, el contacto entre ambas mujeres hace la muchacha se prenda en llamas. La próxima vez que veremos a Miranda estará encerrada en una de las celdas del manicomio en el que trabaja. Miranda no recuerda nada de lo ocurrido luego del encuentro con la muchacha hace tres días. Entonces, Pete no tiene mejor idea que contarle a esta mujer, que ha estado catatónica por 3 días, que se encuentra en shock, traumada por la situación en la que se encuentra y que no recuerda nada... que ella se encuentra internada porque mató a su esposo. 


Pero Miranda es una persona lógica y racional. Luego de una serie de encontrones paranormales para los cuáles no tiene una explicación, de vivir en carne propia el trato de porquería que le dan a las internas en el lugar para el que trabajaba hasta hace tres días y de darse cuenta que absolutamente nadie le cree cuando dice que no mató a su esposo, comenzará a buscar activamente las piezas que faltan para descubrir qué fue lo que pasó esa noche. Y, oh sorpresa, la primera pieza que encuentra es recordar que sí mató a su esposo luego de encontrarse con la muchacha en el puente, poseída por el espíritu de la muchacha en el puente, quién resulta ser la hija fallecida del director del manicomio. 

Con ayuda del espíritu de Rachel logra escapar de su celda, en el camino se cruza con la celda de Chloe quien está siendo maltratada por una persona con un tatuaje en el pecho. Ahora que sí le cree a Chloe que hay un tipo metiéndose a su celda de vez en cuando para violarla, y con ayuda del espíritu de Rachel y un guardia del manicomio con ganas de ayudar, Miranda logra escapar. Guiada por el espíritu de Rachel maneja hacia la primera parada: la casa que compartía con su esposo. Tras explorar la escena del crimen, Miranda encuentra una fotografía en la que sale ella junto con su esposo en una especie de cabaña a la cual iba su esposo constantemente y decide ir a explorar. En la cabaña encontró una sala de tortura en la que habían videos de su esposo torturando y asesinando mujeres. La policía encuentra rápidamente a Miranda, pero justo cuando están por arrestarla, una de las víctimas secuestradas sale de la oscuridad.

El hallazgo de la cámara de torturas y la víctima secuestrada hacen que al director del manicomio se le ocurra que su hija pudo haber sido víctima del esposo de Miranda. El director le cuenta a Miranda que ha estado teniendo un sueño recurrente en el que su hija está en llamas, lo cuál Miranda relaciona con el hombre con el tatuaje del 'anima sola' que ha estado violando a Chloe en el manicomio. Miranda llama al sheriff, amigo de su esposo para discutir el caso; le cuenta todo sobre el tatuaje, Chloe, la posible existencia de un segundo asesino, etc... y Bob el Sheriff confiesa ser el segundo asesino.


Por supuesto, mientras Miranda trata de escapar, no hay absolutamente nadie más en el lugar. El enorme tarado le dispara a una tubería de gas y luego le dispara el gas tratando de matar a Miranda. La explosión hace que se prenda fuego, Miranda le mete un balazo y justo cuando ya no es necesaria su ayuda se aparece Pete en la puerta del precinto. Un año después tanto Chloe como Miranda están fuera del manicomio, pero al parecer Miranda sigue siendo contactada por espíritus que gustan de pararse en la mitad de la calle. 

Sinceramente, recordaba la película y la historia un poco más complicadas. Quizás porque mis primeros recuerdos de ella son de cuando tenía unos 12 años. Aunque yo la recordaba como una película bastante representativa del cine de terror de los tempranos 2000s, al parecer soy una de las pocas personas que la recuerda. Definitivamente hay problemas con el guión, los diálogos y algunos vacíos temporales convenientemente puestos para que no sea necesario explicar ciertas nimiedades (no es que sea estrictamente necesario para la resolución del conflicto saber por qué la estación de policías está completamente vacía justo cuando se encuentra Miranda con el asesino, etc) son aspectos que ante un ojo mucho más crítico podrían destruir la película. Es uno de esos casos en los que la película de terror es redonda y funciona pero no te aporta nada más que un buen rato.

Hoy en día como espectador estoy más acostumbrada a terror complejo, lleno de analogías y metáforas, que me obliga ver la película dos o tres veces para entenderla del todo. En comparación, Gothika es como un cuento corto que trata de ser los suficientemente complejo como para requerir un largometraje. ¿Qué me hubiese gustado ver? una recreación más descriptiva de la escena del asesinato del esposo, algún resultado a ese interés romántico, más información sobre las víctimas y crímenes... Creo que lo que quería era que sea más película de terror y menos película de suspenso. Porque siendo sinceros, toda la estética de la película y la temática se prestan a que el espectador espere ver una cosa tipo Seven... en ese sentido 8mm de Joel Schumacher es mucho más eficiente en llegar a ese lugarcito incómodo de "te voy a hacer esperar para mostrarte lo más chocante". En vez de hacernos esperar por un gran shock, Gothika reparte a lo largo de la película las escenas más impresionantes pero bajando 2 tonos.

En fin, igual es entretenida. Les dejo lo más cercano al videoclip original de Behind Blue Eyes de Limp Bizkit para que puedan juzgarme por tener un crush en este tipo.


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