En Marzo de 1977 Roman Polanski, con 43 años, fue arrestado con 5 cargos en agravio de la menor de 13 años Samantha Geimer. Los cargos eran violación haciendo uso de drogas, perversión, sodomía, actos lascivos contra una menor de 14 años y drogar a una menor de edad. Polanski fue ofrecido un trato en el cual los 5 primeros cargos serían retirados a cambio de que se declare culpable de "tener relaciones sexuales ilegales con una menor". Polanski acepta el trato, pero al darse cuenta que aún podría ser encarcelado e incluso deportado, huyó a Francia en Febrero de 1978, horas antes de ser formalmente sentenciado. Desde 1978 hasta el día de hoy, Polanski ha vivido en Francia y evita viajar a países que puedan extraditarlo a los Estados Unidos.
A lo largo del juicio la victima narró como fue forzada a echarse en una cama mientras el director realizaba actos de sexo oral, vaginal y anal; cada uno de estos acompañado por un "No" como respuesta de la menor. La defensa de Polanski fue argumentar que la menor había "consentido" y que era participe activa de los actos sexuales. En 1979, Polanski argumenta en la clandestinidad que si hubiese "matado a alguien" la prensa no hubiese hecho un escándalo, según Polanski el caso se hizo mediático porque "todos quieren tirarse a una menor de edad".
Por más de 20 años el caso seguía en stand-by. La víctima había hecho una segunda demanda en 1988 y la había ganado. Hacía el 2003 Samantha argumentaba a la prensa que "deseaba que Polanski regresase a EE.UU para que enfrente a la justicia y se acabe este asunto para ambos"; pero también pedía que se le deje de perseguir. Samantha pensaba que ya había pagado lo suficiente por el daño que le hizo y que estaba segura de que había aprendido su lección, que no lo volvería a hacer y que no lo había hecho con otra persona.
En el 2009, pese a los esfuerzos del equipo legal de Polanski y la posibilidad de que Samantha retirase los cargos para poder dejar el asunto descansar en paz, Polanski no regresó a los Estados Unidos y perdió la oportunidad de que se le retiren los cargos. Verán, la única condición que puso el juez para aceptar el retiro de los cargos es que el mismo Polanski se aparezca en la audiencia.
A pesar de haber admitido el crimen, hacia el 2009, contaba con el apoyo general de grandes de la industria. Nombres como Woody Allen (conocido por casarse con la niña que adoptó con su ex esposa cuando ella cumplió la mayoría de edad), Martin Scorsese, David Lynch, Wes Anderson, Tilda Swinton, Pedro Almodovar, Guillermo del Toro, Alfonso Cuaron, Alejandro Gonzáles Iñárritu, Wong Kar-Wai, entre otros, firmaron una petición para que se libere a Polanski tras su arresto en Zürich, Suiza. En el 2018, tras la explosión de denuncias por violencia sexual hacia grandes de Hollywood; Natalie Portman, Xavier Dolan y Asia Argento expresaron arrepentimiento por haber apoyado esa petición. No fue hasta el 2018 que La Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (los que dan los Oscars), revocó la membresia de Polanski por haber violado el "código de conducta".
El tema se quedó ahí a decir verdad. Sin importar la cantidad de artículos, documentales y libros sobre el tema que salían a la luz, la celebridad de Polanski no se apagaba. Pesaba más la lista de obras maestras cinematográficas que el haber drogado y violado a una niña de 13 años. Y se hubiese quedado así hasta hace algunas horas... El día de hoy una fotógrafa francesa ha acusado al director de haberla violado violentamente en 1975, cuando ella tenía 18 años. Es hasta el momento la 6ta mujer en denunciar haber sido víctimas de violencia sexual por parte del director cuando ellas eran adolescentes.
Antes de abrir redes sociales y encontrar 40 posts defendiendo a un pedófilo que nunca enfrentó a la justicia, prefiero explorar el caso con aproximación un poco menos machista que los 3 millones de "cinéfilos" que lamen la punta del zapato de cualquier cineasta criticado o acusado de cometer actos poco éticos. Lo vimos cuando salió a la luz lo que hizo Bertolucci durante el rodaje de El Último Tango en Paris y lo seguiremos viendo conforme sigan saliendo a la luz estos casos. Por alguna razón estos ídolos de barro no caen, digo por "alguna razón" retoricamente, todos sabemos que esa razón es que aún quedan amplios porcentajes demográficos que no consideran que la violación es un hecho lo suficientemente grave como para condenar a un gran artista. Yo calculo que estos grupos demográficos coinciden con quienes consideran que Scorsese es "verdadero cine" y las películas de comics son "m*erda".... o esos que salieron de ver Joker diciendo "wow es que nadie entiende por lo que pasamos los hombres, a veces tenemos que explotar bajo la presión y matar algunas personas" y luego escriben 20 posts estilo Incel en sus 5 redes sociales.
¿Estoy calculando bien? ¿Hay personas irredimibles? ... O quizás comencemos por delimitar el caso de estudio en cuestión, de lo particular a lo general. Roman Polanski nace en plena segunda guerra mundial, en Paris, hijo de padre polaco judío y madre rusa. Su familia se establece en Polonia en 1936, Polanski presenció de primera mano el holocausto judío. Su padre fue enviado a Mauthausen, su madre y su media hermana a Auschwitz. Polanski logró escapar y fue alojado por una familia católica. Polanski no lograba aparentar haber sido criado católico, por lo que aún habiendo eludido los campos de concentración vivió aterrorizado por las tropas alemanas que ocupaban Polonia. El padre de Polanski sobrevivió a la guerra pero su madre no.
Polanski parece haber vivido una vida relativamente próspera tras el fin de la segunda guerra mundial. En 1950 comienza una carrera como actor en Polonia mientras estudiaba cine. En 1959 termina sus estudios en la escuela de cine y se establece en Londres, dónde filma sus primeras películas y conoce a la actriz Sharon Tate, con quién se casaría en 1968. El matrimonio de Polanski con Sharon Tate era cualquier cosa menos convencional. Tate soportaba las infidelidades de Polanski, quien alguna vez le dijo "quiero estar con una hippie no una ama de casa". Un año después y a dos semanas de dar a luz, Sharon Tate fue asesinada por "la familia" de Charles Manson. Polanski nuevamente pierde una familia, esta vez ante flashes y periodistas.
Las denuncias por violencia sexual narran episodios desde 1972, tres años después de los asesinatos Tate-LaBianca. Sin embargo, el primero en ser denunciado es el caso de Samantha Geimer en 1977. Quizás a propósito de la proximidad de los crímenes, cualquier vestigio de documentación sobre el luto y trauma de Polanski en relación a la muerte de su esposa embarazada quedaron bajo el radar con el paso del tiempo. No quedan entrevistas emotivas o testimonios duros sobre los diversos horrores que Polanski vivió; pero quedan numerosas entrevistas con Polanski justificando el haber violado a una menor y hablando sin tapujos sobre su gusto por "mujeres jóvenes" haciendo referencia a aquel infame caso.
Hablemos claro por un segundo. Si vamos a seguir juzgando a Polanski, entonces también vamos a hacer lo mismo con Iggy Pop, David Bowie o Jimmy Page. Porque si dedican unos segundos de su tiempo a buscar en Internet cada uno de estos nombres acompañado de "child rape" van a aparecer instancias bastantes similares en las que los idolos del rock se acostaban (y hasta secuestraban) menores de edad. La única diferencia entre Polanski y otros contemporáneos con predilecciones del mismo estilo es el hecho de que la menor que acusa a Polanski establece firme y claro que el tipo la drogo y la obligó a mantener relaciones con él, mientras que los casos de las "baby groupies" se dan a conocer en las memorias de las que fueron las amantes menores de edad de los rockstar setenteros como "travesuras de juventud". En algunos casos, las conocidas "baby groupies" no dieron cuenta de la naturaleza inapropiada (por decir lo menos) de la relación hasta que fueron mucho mayores.
Pero eso tampoco pasa, tampoco vamos a hacer lo mismo con ellos, porque son ídolos. Nos limitamos (como sociedad) a decir que eran "convenciones de la época", que antes era "normal" que una persona con poder y dinero se acueste con chiquillas. Tocó esperar a que todas estas adolescentes se convirtieran en mujeres adultas para que cientos de casos de violación y abuso sexual salgan a la luz décadas después de haber ocurrido. ¿No será que lo común en el época no era acostarse con menores de edad, sino que las víctimas tuviesen miedo a decir "no"?
"¿Ahora que quieres que haga? ¿Quemo mis blu-rays y cd's? ¿No vuelvo a prender la radio? ¿Cómo pretendes que evite consumir estos productos masivos y geniales sólo porque la persona que los creó cometió un crimen?" Por un lado, sí, no me parece ético consumir un producto que beneficia directamente a una persona que depredaba jovencitas menores de edad... Pero escúchame tu dime que album/película/libro quieres y te lo consigo pirata en media hora o te devuelvo tu dinero. Pero by all means no dejes de explorar aquello cultural que te atrae. Lo último que necesita el mundo es que se deje de analizar aquello que genera conflicto.
¿Qué queda de Polanski tras tanto bache? En 1977 se usó la filmografía de Polanski como parte de los alegatos en su contra. Cada una de las películas ofrecía todo un marco teórico para explorar la psicología del director. Es iluso pensar en borrar del mapa El Bebe de Rosemary, como ya hemos visto la filmografía de un genio villano pesa más en Hollywood que la ética del mismo. Lamentablemente este fenómeno se replica a nivel audiencia, mientras que la industria le otorgue aval a Polanski, el público fanático no reconocerá en el una figura falta de ética y moral, sino un genio atormentado por las circunstancias y acosado por la prensa. Podemos ver esté fenómeno reflejado en los casos Weinstein, no fue hasta que las actrices de Hollywood cerraron filas que el resto del mundo hizo lo propio. Decenas de figuras importantes en Hollywood sabían (y saben) de los abusos que se cometen a puertas cerradas y no dijeron nada por décadas hasta verse enfrentados por la prensa.
¿Qué queda de nosotros hoy en día en medio del cancel culture? Nunca hemos enseñado ética de consumo y quizás es hora de comenzar.
Hablemos claro por un segundo. Si vamos a seguir juzgando a Polanski, entonces también vamos a hacer lo mismo con Iggy Pop, David Bowie o Jimmy Page. Porque si dedican unos segundos de su tiempo a buscar en Internet cada uno de estos nombres acompañado de "child rape" van a aparecer instancias bastantes similares en las que los idolos del rock se acostaban (y hasta secuestraban) menores de edad. La única diferencia entre Polanski y otros contemporáneos con predilecciones del mismo estilo es el hecho de que la menor que acusa a Polanski establece firme y claro que el tipo la drogo y la obligó a mantener relaciones con él, mientras que los casos de las "baby groupies" se dan a conocer en las memorias de las que fueron las amantes menores de edad de los rockstar setenteros como "travesuras de juventud". En algunos casos, las conocidas "baby groupies" no dieron cuenta de la naturaleza inapropiada (por decir lo menos) de la relación hasta que fueron mucho mayores.
Pero eso tampoco pasa, tampoco vamos a hacer lo mismo con ellos, porque son ídolos. Nos limitamos (como sociedad) a decir que eran "convenciones de la época", que antes era "normal" que una persona con poder y dinero se acueste con chiquillas. Tocó esperar a que todas estas adolescentes se convirtieran en mujeres adultas para que cientos de casos de violación y abuso sexual salgan a la luz décadas después de haber ocurrido. ¿No será que lo común en el época no era acostarse con menores de edad, sino que las víctimas tuviesen miedo a decir "no"?
"¿Ahora que quieres que haga? ¿Quemo mis blu-rays y cd's? ¿No vuelvo a prender la radio? ¿Cómo pretendes que evite consumir estos productos masivos y geniales sólo porque la persona que los creó cometió un crimen?" Por un lado, sí, no me parece ético consumir un producto que beneficia directamente a una persona que depredaba jovencitas menores de edad... Pero escúchame tu dime que album/película/libro quieres y te lo consigo pirata en media hora o te devuelvo tu dinero. Pero by all means no dejes de explorar aquello cultural que te atrae. Lo último que necesita el mundo es que se deje de analizar aquello que genera conflicto.
¿Qué queda de Polanski tras tanto bache? En 1977 se usó la filmografía de Polanski como parte de los alegatos en su contra. Cada una de las películas ofrecía todo un marco teórico para explorar la psicología del director. Es iluso pensar en borrar del mapa El Bebe de Rosemary, como ya hemos visto la filmografía de un genio villano pesa más en Hollywood que la ética del mismo. Lamentablemente este fenómeno se replica a nivel audiencia, mientras que la industria le otorgue aval a Polanski, el público fanático no reconocerá en el una figura falta de ética y moral, sino un genio atormentado por las circunstancias y acosado por la prensa. Podemos ver esté fenómeno reflejado en los casos Weinstein, no fue hasta que las actrices de Hollywood cerraron filas que el resto del mundo hizo lo propio. Decenas de figuras importantes en Hollywood sabían (y saben) de los abusos que se cometen a puertas cerradas y no dijeron nada por décadas hasta verse enfrentados por la prensa.
¿Qué queda de nosotros hoy en día en medio del cancel culture? Nunca hemos enseñado ética de consumo y quizás es hora de comenzar.
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