Satanic Panic (2019)

Satanic Panic es una película de terror producida por la revista Fangoria, que cuenta la historia de una jovencita proletaria que debe entregar unas pizzas al barrio millonario de la ciudad. La película cuenta con un elenco de rostros que juras haber visto antes pero no recuerdas exactamente en dónde y procura llevar un tono cómico. Digo procura porque bordea este delgado límite entre un timing minucioso y un cuadro de excel. Los chistes dan risa y llegan en el momento apropiado, pero parecen haber sido el enfoque principal de la narrativa. La historia en sí se maneja muy parametrada dentro de los confines de lo irónico.

Comencemos con la historia. Sam es una jovencita con pinta de lorna que acepta un trabajo repartiendo pizza (el equivalente en el mundo de terror de hacer globo) de pura desesperación por no tener dinero. Tras una serie de entregas en partes necias de la ciudad y sin un solo centavo de propina (porque en Estados Unidos no te pagan sueldo completo, esperan que el resto lo ganes en propinas), regresa derrotada a la pizzeria. En la pizzeria la espera la oportunidad de su vida, una entrega a la zona más ficha de la ciudad, en la cual el último repartidor en ir se terminó forrando de propinas al entrar en una casa de excéntricos blancos millonarios en plena orgía.

Hasta ahora todo suena de p*ta madre. Sam se sube a su moto vespa con las pizzas y se dirige a La Molina al distrito pituco, solo para ser recibida por un tipo flacucho con cara de escupirle en la cara a mendigos que tocan su carro, el cual le cierra la puerta en la cara sin darle si quiera 10 centavos de propina. Nuevamente derrotada, Sam se dirige a su vehículo resignada... Pero oh sorpresa, se le acaba la gasolina y la moto no prende. Se le suben los diablos a la cabeza y decide ir de vuelta a la casa del millonario a reclamarle propina para poder pagar gasolina.

Sam entra a la casa y se encuentra con un grupo de blancos pitucos reunidos ominosamente (primera señal de peligro), no se le ocurre mejor idea que interrumpirlos mientras alababan a satanás para demandar que le den dinero aunque sea haciendo chanchita. Todos voltean a verla como si fuese Elle Woods disfrazada de conejita playboy yendo a la fiesta de Harvard, y tras una serie de intercambios nos enteramos todos que Sam es virgen, justo lo que la secta de blancos necesita para traer a Baphomet a la tierra. La duermen con cloroformo y la encierran con Samuel, el esposo de la líder del culto satánico. Samuel le explica a Sam todo lo que está pasando y , por supuesto, Sam no le cree. Cuando Samuel se entera que Sam es virgen, trata de violarla para que deje de ser virgen y no sacrifiquen a nadie en el nombre de Baphomet. Pero Sam se paltea y trata de defenderse de Samuel, quien saca una pistola pero termina auto-matándose con la pistola como todo un idiota.

Sam logra largarse de la casa y comienza a buscar ayuda en las casas aledañas (porque por alguna razón aún confía en la gente rica). Encuentra una casa medianamente normal con una jovencita cuidando a un niñito y les pide ayuda. Pero todos los ricos son malos la jovencita resulta ser una loca homicida. Sam le da al niño la gaseosa envenenada que le dio la jovencita y el niño muere, acto seguido una jovencita más sale del cuarto del segundo piso con un enorme strap-on-taladro. De alguna forma Sam se las arregla para matarlos a todos y encuentra dentro del cuarto a Judi, la hija de la líder del culto, quien tenía que ser sacrificada pero justo ese día perdió la virginidad con un tipo X.

Aparentemente los del culto también son brujos, y durante una media hora tenemos un tira y afloja mágico entre Judi/Sam vs el culto. El clásico "40 minutos de dar la impresión de que nuestros héroes pueden salvarse solo para que terminen entre la espada y la pared". En el proceso nos enteramos que Sam era virgen porque al único novio que tuvo lo conoció cuando estaban ambos en tratamiento por cancer. El muchachito murió justo cuando Sam estaba saliendo del cáncer y desde ese momento la vida de Sam ha sido una desafortunada serie de decepciones. La historia le llega directo al corazón a Judi y ambas se vuelven BFFs.

Sam y Judi están a punto de escapar cuando son atrapadas por la bruja mala la líder del culto y amarradas a una tabla en paños menores para darle comienzo al ritual. Todo sale de acuerdo al plan de los satánicos, el ritual se convierte en orgía y se aparece Baphomet. Baphomet embaraza mágicamente a Sam y le crece una panzota en 5 segundos. Y justo en medio de toda la debacle Sam ve al condenado hijo de la gran flauta palurdo calvo que no le quiso dejar propina. La fuerza de querer sacarle la mi*rda al esperpento ese hacen que Sam logre liberarse de sus cadenas como Hulk. Sam se levanta y agarra un cuchillo, amenaza a la líder del culto con acabar con el fruto satánico de su vientre a menos que liberen a Judi. Nuevamente la líder del culto hace uso de la *magia* para desarmar a Sam y asesina a su hija Judi. Sam se ve forzada a parir al engendro satánico hasta que *PUFF* el plot twist final, pero no les voy a decir cual es.

Tampoco es tan necesario que les cuente el plot twist final porque a partir de esa escena quedan muchísimas más interrogantes que respuestas. La película pudo tranquilamente acabarse ahí y de lo único que nos perderíamos sería de un mini-chiste más hacia el final. En ese sentido, la trama clásica de inicio-conflicto-resolución parece cumplirse por mera necesidad narrativa. Ciertamente este no es un guión que pretende generar un universo narrativo ni mucho menos, a lo más una secuela igual de simplona (al estilo Happy Death Day). Pero no todas las películas tienen que ser complejas obras de arte en las que si te pierdes un segundo ya no entiendes nada. A veces uno necesita limpiarse el paladar y ver algo que no requiera tanta "digestión".

Con mucha soltura admito que de vez en cuando disfruto sobremanera una buena comedia de terror, y lo que caracteriza al subgénero no es precisamente la delicadeza o la atención al detalle. Más bien, parte de la experiencia de ver una comedia de terror suele ser la necesidad de dejarte llevar por premisas que no tienen todo el sentido del mundo. Pensemos en los 80s por ejemplo, hombres con tijeras en las manos que aparecen en tus sueños para matarte, enmascarados inmortales que atacan adolescentes promiscuos... El cine de terror necesita que el espectador suspenda el estado de incredulidad para funcionar, y es precisamente esa hora y media en la que todo es posible lo que le otorga al cine de terror fantástico su principal atractivo.

Ah, pero un chiste mal colocado y se va al caño todo ese delicado equilibrio. Es más, cualquier cosa que desencaje demasiado al espectador puede costarle al director toda la película. El el caso de Satanic Panic, creo que hay una o dos cositas que me sacaban de contexto a lo largo de la película. Una de estas cosas es la actuación un tanto (bastante) televisiva, que se comprende al enterarnos que el grueso de los actores provienen de series televisivas. Y la otra cosa es este final un tanto ya demasiado jalado de los pelos. Este tipo de finales riesgosos a veces funcionan, recordemos por ejemplo Goodnight Mommy u Oldboy; a veces son controversiales como en Us. El truco está en cerrar todas las interrogantes abiertas en vez de crear más interrogantes sin haber respondido a las antes formuladas.

No lo piensen demasiado. No es mala, no es excelente, simplemente es graciosa y entretenida. Te encariñas con los personajes y te diviertes con una serie de situaciones inverosímiles. De cierto modo uno se puede identificar muchísimo con Sam en tanto ella también está tan confundida como nosotros. La recomiendo si quieren ver una película de terror light antes de irse a embriagar por jalowïn.