Diamantino (2018)


Yo sabía que me iba a gustar. El afiche me lo dijo todo. Diamantino es la historia de un tipo en plan Ronaldo, jugador de fútbol prodigioso idolatrado en Portugal. Pero Diamantino no es en plan Ronaldo cualquiera, Diamantino no tiene una onza de maldad, según la película no tiene una onza de mucho en la cabeza más que compasión. En el último partido de la Copa del Mundo Diamantino falla un penal que le cuesta a Portugal la copa, de vuelta en su casa sus horrorosas hermanas acosan a su padre, echándole la culpa del error de Diamantino. El padre de Diamantino muere de un paro cardíaco y sus horrorosas hermanas quedan a cargo de la fortuna de Diamantino. Tras la muerte de su padre, Diamantino pasa por una terrible depresión que lo llevará a tomar acciones drásticas.

Y todo se pone hiper surrealista a partir de este punto. Mentira ya estaba hiper surrealista. Resulta que el jovencito falló el penal porque estaba siendo acosado por alucinaciones sobre refugiados ahogándose en el mar... en vez de sus alucinaciones frecuentes en forma de cachorros gigantes lanudos que juegan al fútbol con él. A raíz de la muerte de su padre, inspirado por un episodio en el que él y su padre salvaron a unos refugiados varados en el mar, Diamantino decide que es una buena idea adoptar un "refugiadito" para darle todo el amor que él tuvo de su padre. 

Pero lo que pasa es que una agencia de inteligencia lo está espiando, y una pareja de lesbianas es asignada al caso. Una de las lesbianas se hace pasar por refugiadito para que Diamantino lo adopte y puedan así infiltrarse en la computadora de Diamantino y encontrar cuentas Off-Shore. Pero el tipo no tiene cuentas Off-Shore porque es un pan de dios. La cosa es que terminan descubriendo un plan macabro mucho más maquiavélica que una cuenta Off-Shore. El resto de la historia es demasiado trillada como para que valga la pena spoilearla.


Lo valioso de esta película, finalmente, no se encuentra en la historia, sino en los personajes. Desde el comienzo te enamoras de este musculoso futbolista que solo piensa en animalitos, carga un gatito consigo todo el tiempo y no hace nada más que sentirse mal por los menos afortunados. Te involucras sentimentalmente con este personaje que no es capaz de hacer una maldad y te quedas porque quieres ver que no le hagan daño, que tenga un final feliz. El personaje principal es como un niño, too pure cinnamon roll.

Ahora, bajo ninguna circunstancia recomiendo echar todos los huevos en una canasta. Los malos en esta película son casi irredimibles, los buenos son claramente buenos. No hay más niveles ni capas que perforar, no hay ambigüedad en el mensaje. Bajo esta premisa es bastante fácil que uno termine por adivinar el final apenas se plantea el conflicto, lo cual termina por aletargar la película.

Algunos efectos especiales se sentían un poco overkill, como cuando terminas el curso de post-producción y quieres hacer uso de todos los trucos que te sabes en After Effects. Pero a grandes rasgos, esta apuesta por una propuesta vaporwave es el principal gancho por el que uno llega a esta película... en combinación con la dirección artística bastante impecable y ostentosa, uno siente que las personas encargadas han puesto todo de sí para darnos este producto cinematográfico onírico.

A pesar de una serie de motivos técnicos que no me permitieron disfrutar a cabalidad de la película, nada de nada importa porque el gatito se parecía a mi gatito y cada vez que salía en la pantalla me olvidaba de todo lo que estaba por criticar. No, bueno, supongo que a algunas personas les importará. A mí en lo personal no me hacen ruido las imperfecciones cuando una película me hace sentir bien, y esta película me hizo sentir bastante fuzzy warm hot chocolate bien. Quizás es tiempo de apreciar un buen rato, sea en Madam Tusan como en un Pizza Raul, la idea es que la pases bien.




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