Child's Play (2019): La divertida muerte del 'lore'

¿Han visto ese meme de "esperaba nada y aún así me siento decepcionado? ¿No? Abajito lo pongo. Comencé esta película esperando lo peor, peor que nada, esperaba la más completa decepción posible.  Incluso antes de ver los primeros minutos de la película, en los cuales muestran un comercial del muñeco diabólico y su nueva y "mejorada" apariencia, ya sabía que algo de esta película me iba a decepcionar. Tuve la suerte de que lo único verdaderamente decepcionante de la película fue que Chucky se veía como un pequeño y aterrador hombre blanco en sus tardíos 50 con poder adquisitivo y 400 gadgets que controlan cada parte de su casa.

Esta es la cara que hubiese puesto de no haberse redimido la película.

Afortunadamente esta reseña no tendrá que ser sobre lo mucho que detesté este re-make, sino sobre lo mucho que han cambiado los re-makes los últimos años, más información más adelante. Primero lo primero... El re-make aborda la misma temática que la versión original de 1988, un niño recibe un muñeco rarito que comienza a asesinar a la gente que lo rodea. El re-make marca una serie de diferencias claves desde el comienzo que la convierten en un producto completamente distinto: Chucky no es 'diabólico', Andy tiene 13 en vez de 8, no hay elementos mágicos y la película incluso intenta evocar simpatía por Chucky.

El primer punto es bastante importante y es de hecho el motor que desarrolla la película. Durante las primeras escenas podemos ver como el origen del 'mal funcionamiento' de Chucky es en realidad un trabajador mal pagado que tras ser humillado, despedido (y posiblemente esclavizado) por su superior decide alterar los parámetros de uno de los muñecos para que este tenga la posibilidad de adquirir libre albedrío.... o por lo menos de poder tomar sus propias decisiones en base a asociaciones hechas empíricamente. Este cambio deja completamente de lado el aspecto sobrenatural tan típico de la primera y sus secuelas para darle paso a una temática un poco más moderna: "Oh no, la tecnología nos va a matar". Y dije moderna y no posmoderna porque "Tecnología=Peligro" es una premisa que se ha utilizado desde los inicios del género. Debo admitir que no sentí este cambio con tanta brusquedad, precisamente por las ramificaciones de la premisa. La naturaleza de Chucky nos permite enfocar nuestra atención en el proceso de formación de su supuesta conciencia.

El cambio en la edad de Andy también trae consigo una serie de consecuencias para el resto de la trama. Por un lado la relación con su madre se torna un poco más rocosa, generando una serie de conflictos nuevos que le agregan tridimensionalidad a los personajes. Por otro lado la edad de Andy como personaje principal permite que se utilice el ya decadente recurso "pandilla de chibolos". El recurso "pandilla de chibolos" en combinación con la muy finales-de-los-80 iluminación y uso del color, debería de hacernos sentir una remembranza similar a la que otros productos por el estilo nos generan (Stranger Things, It). Sin embargo, la película no se encuentra situada en la década que trata de evocar, por más que nosotros Millenials sintamos una especie de relación con el tratamiento de la imagen no lograremos sentir la verdadera nostalgia al tratarse de un grupo de niños mucho más generación Z. Sin embargo, la gran actuación de Gabriel Bateman como Andy, nos permite identificarnos con este niño raro y antisocial cuya discapacidad auditiva no acapara el 90% de su arca dramática.

En cuanto a la trama, tras revelarnos la verdadera cara de la marca detrás de los muñecos, cortamos a la introducción del personaje de Aubrey Plaza: Karen, la joven madre de un adolescente de 13 años. Karen trabaja en una especie de tienda por departamentos que ofrece muñecos Buddi. La característica acidez de Aubrey Plaza nos ayuda a entender mejor al personaje, es evidente que detesta su trabajo mediocre y que hace todo lo humanamente posible para tener una vida relativamente estable con su hijo a pesar de las circunstancias.  La historia de esta familia comienza con el clásico"Un día..", y lo que pasó un día es que una mujer llega a la tienda para regresar un Buddi que no funciona del todo bien. A este Buddi le brillan los ojos color rojo (conveniente) y no obedece las ordenes del usuario. A Karen le parece una excelente idea llevarse el muñeco defectuoso en vez de devolverlo a la fábrica, después de todo su hijo está siendo todo antisocial y si no va a salir de casa hacer amigos al menos podrá hablar con el muñeco.

Por el amor de todo lo infame, miren esa cara de energúmeno, que clase de niño querría jugar con esta cosa.

Pero oh sorpresa, la presencia del muñeco realmente sirve de algo. Cuando Andy abre el paquete, y al igual que nosotros, reacciona con cierta aversión. Rápidamente se da cuenta que algo anda mal con el muñeco y que no funciona del todo bien, pero trata de ponerle buena cara a la vida y se lo lleva de la manito a su cuarto para explicarle el por qué de la vida. Porque algo importante con este Buddi es que no capta las cosas del todo bien; no entiende sarcasmos, figuras literarias, oxímoron, símil, metáfora, epítetos, hipérboles, anafora, elipsis, antítesis, personificación, sinestesia, hiperbaton... y francamente yo tampoco algunas veces. Una parte bastante graciosa de la escena introductoria entre Andy y su muñeco es cuando el muñeco pregunta cuál es su nombre y Andy le responde que se va a llamar Han Solo, el muñeco hace caso omiso y decide que se va a llamar Chucky. Es casi como si Mark Hamill se estuviese burlando de Han Solo.

Por algunas escenas, ambos Andy como el espectador comenzamos a sentir una cierta simpatía por este feo muñeco que trata de comprender su rol en la vida de Andy. Chucky desde el principio establece que su único propósito en el universo es ser el mejor amigo de Andy, de cierta forma esa parece ser la única premisa original del modelo que Chucky obedece. Sin embargo, el proceso de aprendizaje se dificulta cuando notamos que el muñeco toma todo de forma completamente literal y no tiene ningún tipo de compás moral. Los problemas comienzan delicadamente, un día en el pasillo con Andy, ambos se encuentran con dos muchachitos del edificio que se hacen amigos de Andy tras escuchar a Chucky repetir malas palabras, cosa que no debería ser posible. El grupete decide jugarle una broma pesada a la pareja de la madre de Andy porque este es un imbécil, pero todo comienza a salir mal cuando Chucky, por iniciativa propia, decide seguir hostigando al novio sin recibir una orden directa de Andy.

Pero no se preocupen, el novio es un verdadero animal. Chucky se posiciona al costado del novio y comienza a repetir una grabación de la voz de Andy diciéndole "imbécil" al tipo a sus espaldas. El novio asume que Andy está detrás de esta travesura y se mete a su cuarto a amedrentarlo como un completo animal. Andy, además de quejarse berrinchosamente del novio de su mamá, también se queja del gato de la casa, al que también llama imbécil. Un día el gato araña Andy y Chucky asume que el gato es una amenaza, así como el novio de su madre. Poco a poco notamos que Chucky se pone violento cuando asume que algo representa una amenaza para Andy. El punto de quiebre llega cuando los chicos se encuentran viendo en la televisión Texas Chainsaw Massacre 2 y Chucky interpreta las risas de los chicos ante las irreverentes y ridículas muertes como un signo de que la violencia es lo que hace divertir a Andy y los demás chicos de su edad. Chucky agarra un cuchillo de la cocina y camina hacia los muchachos haciendo el ademán de acuchillarlos y repitiendo las lineas de la película, por lo que Andy decide intervenir.

Lo que sigue es brillante, maravilloso. Chucky está castigado, sentado en una esquinita de la cama, creo que abrazando un osito de peluche pero no estoy segura (aún así tranquilamente podría ser así), con una cara de compungido que no entiende que hizo mal. Escúchenme,no entienden, no están entendiendo. El muñequito con cara de violador fetichista en serie imitador de Ed Kemper estaba ahí sentado con una carita tan acongojada que hice "AWWW"en voz alta antes de darme cuenta de que estaba sintiendo pena y compasión por CHUCKY. Me parece perfecto lo que hicieron porque nunca pensé que podría llegar a sentir pena por este muñeco endemoniado.

Aquí es cuando la cosa se pone interesante. La desesperación de Chucky por caerle bien a Andy y poder jugar con él lo empujan a buscar eliminar los obstáculos en su camino. El primer obstáculo es el gato mala onda al cuál asesina para que no le "vuelva a hacer daño a Andy", ¿Todos de acuerdo con que el gato no merecía morir solo por ser gato? ¿Si? Ok, sigamos. La siguiente muerte es una obra maestra del cine de terror, una verdadera joya del gore.

Ahora toca matar al horroroso del novio de Karen. La película no desperdicia la oportunidad y le hace un set-up magnífico a la muerte del energúmeno. Comenzamos con Andy mostrándole a los amiguitos del barrio el muñeco y como puede hacer cualquier cosa fuera del protocolo, uno de los niños trata de hacer que Chucky diga en cámara "Esto es por Tupac", en referencia al rapero estadounidense asesinado en extrañas circunstancias. El chiste no le sale y cambiamos de escena, el público asume que fue un chiste corto y nada más. Luego vemos a Shane, el novio, llegando a su casa. Resulta que el miserable no sólo era un novio de porquería sino también un esposo de porquería, porque de vuelta en casa lo esperan su esposa y dos hijas.

Todo bestia se sube en una escalerota para bajar las luces de navidad que parecen haberse quedado puestas un buen tiempo pasadas las fiestas. La escalera tambalea anunciando la aparición de una amenaza, Chucky. El tipo se cae de la escalera parado en 90° y se le salen los huesos de las piernas estilo esa muerte de la gimnasta en Final Destination 5, trata de pedir ayuda pero sus hijas están metidas dentro de la casa con audífonos, luego trata de arrastrarse hacia su teléfono enredado en las luces navideñas. En el pequeño huerto de sandías a su costado de pronto se enciende el cortacésped, con las luces atascadas en las navajas comienza a avanzar hacia la cabeza del novio en apuros. De la penumbra salta Chucky con un cuchillo hacia el rostro del novio, quien debe defenderse de Chucky con una mano y de la cortadora con la otra. Chucky comienza a apuñalar al tipo y la cortadora de césped le arranca el cuero cabelludo al tipo mientras Chucky cierra con el comedic relief diciendo "Esto es por Tupac".

La siguiente escena nos muestra a Andy despertando para encontrar en su mesa una sandía con la cara desollada del novio de su madre, una delicada referencia a Texas Chainsaw Massacre 2, la película que estaba viendo con sus amigos. Normalmente me enojaría que un rostro desollado tenga los ojos y los dientes puestos pero lo dejaré pasar esta vez por lo irreverente que es la escena. Andy trae a sus nuevos amigos para que lo ayuden a esconder la evidencia, y como son críos, no se les ocurre mejor idea que envolver la sandía con cara en papel regalo y tirarlo por el hueco de la basura. Por supuesto que algo les tenía que salir mal, Karen entra a la habitación y los ve cargando un regalo. Andy se inventa que el regalo se lo estaba haciendo a la madre del detective que vive al final del pasillo y Karen le dice "Ah ya, vamos pues se lo entregamos juntos".

La cara en la sandía no nos causa más problemas por un rato pues la madre del detective no abre el presente a pedido de Andy, quién le pide que espere a que lo abran juntos el día de su cumpleaños. Pero el episodio deviene en una necesidad de detener a Chucky, que se encuentra completamente fuera de control. El primer intento de detener a Chucky funciona, los muchachos atraen al muñeco al cuarto y en una emboscada logran sacarle la fuente de poder. Andy parece haberse encariñado con el muñeco incomprendido y se le hace sumamente difícil atacarlo, comenzamos a ver de qué pié cojea Andy y parece ser que su talón de Aquiles es estar solo.

Este podría haber sido el final de la historia de no ser por el conserje del edificio, quién resulta ser un acosador sudoroso que espía a Karen (y probablemente a más mujeres del edificio) con cámaras escondidas mientras se masturba. Este desagradable individuo encuentra al muñeco en el ducto de la basura y decide repararlo, para venderlo o hackear la base de datos y robar tarjetas de crédito, no sé, es un completo desadaptado. El escenario está preparado para que nos deleitemos con la satisfactoria muerte de otro energúmeno. El tipo activa a Chucky y este comienza a manipular una serie de artefactos conectados a él a través de Bluetooth con los que logra asesinar al enfermo asqueroso muy a la manera de una película de Saw... estéticamente hablando, no sólo porque hay una sierra de por medio.

Chucky, vuelto a nacer y mejorado, se hace pasar por un muñeco Buddi nuevo y se coloca en la puerta del niño que hace un rato quería hacer que diga "Esto es por Tupac". La magia del cine de terror hace que ninguno de los adolescentes del grupo, salvo por Andy, cuestionen el origen de este nuevo muñeco Buddi, ¿Y por qué tendrían que hacerlo? Si a los 13 años aparecía un juguete misterioso en mi puerta tampoco lo hubiese cuestionado. La película comienza a atar cabos sueltos a parir de este momento. Andy decide deshacerse de la sandía con cara y se auto-invita a cenar a la casa de la mamá del detective, cuando nadie lo ve Andy agarra el paquete de regalo con la sandía y se lo lleva para arrojarlo en el mágico ducto de basura desaparece-problemas (en serio no entiendo por qué asumen que todo estará bien si tiran las evidencias y los cuerpos a la basura).  Karen comienza a notar el cambio de temperamento de Andy y lo obliga a acompañarla al trabajo. En la tienda Chucky se acerca a j*der a Andy, generando que Andy se desespere y haga una escena. El otro niño, pensando que es su muñeco nuevo y no el defectuoso de Andy, viene y se agarran a golpes en la tienda.

Andy trata de explicarle a todo el mundo que su muñeco tiene agencia y es un asesino en serie pero nadie le cree y mientras todos están mirando feo a Andy por andar al medio de una serie de asesinatos, Chucky procede a asesinar a la persona que significará un completo cambio de tono en la película. El siguiente asesinato tiene que hacernos odiar a Chucky, de modo que no quede la menor duda de que el muñeco debe morir, por lo tanto la siguiente persona en morir es la adorable señora mayor que vive al final del pasillo, la mamá del detective a los cuales amamos porque son graciosos. Esta muerte es muchísimo menos irreverente y es más bien tensa, está puesta ahí para dejar bien en claro que el muñeco es una amenaza para todos, no solo los personajes que nos caen mal.

Todas los personajes coinciden en la tienda en la que trabaja Karen: Andy está ahí porque su mamá lo obligó luego de verlo agarrar a golpes los electrodomésticos con un bate de baseball, karen está ahí porque le tocó trabajar la noche de introducción de la segunda generación de muñecos Buddi, el detective está ahí porque encontró el paquete que Andy le dio a su madre ya fallecida y asume que Andy es el asesino, los chicos se dan cuenta de que el nuevo muñeco es en realidad Chucky y está asesinando gente y van al rescate de Andy... Ah y una multitud de niños y padres de familia están haciendo cola mismo Black Friday en la tienda para comprar uno de los cientos de muñecos Buddi 2.

Evidentemente este el climax de la película. En el momento preciso, justo cuando el detective se disponía a arrestar a Andy por las misteriosas muertes, Chucky tiene su momento Shoshana y mata a un tipo frente a todos acompañado de una proyección ominosa del comercial de los muñecos Buddi. todo se va al cacho cuando Chucky, haciendo uso de su Bluetooth, se conecta a todos los muñecos Buddi y aparatos electrónicos de la misma marca dentro del establecimiento y comienza a matarlos a todos.

Los niños se defienden de los muñecos y justo cuando están a punto de escapar, Chucky transmite una imagen de Karen amordazada, de modo que Andy debe regresar para salvar a su madre. Andy trata de salvarla, pero es el detective quién le da la ventaja necesaria para que pueda desatar a su madre y entre los 3 logren dejar al muñeco lo suficientemente hecho basura como para que deje de atacarlos. Final feliz, Andy y los demás muchachos machacan a golpes los restos del muñeco y lo queman, el detective y Karen parecen haber sentido una especie de conexión cósmica mientras son llevados en camilla al hospital... Todo parece haber salido bien... parece. La película termina con un final abierto, en el estante vemos un muñeco Buddi nuevo al cual le brillan los ojos de color rojo... Como diría mi abuela cuando no entiende a dónde se van sus fotos cuando no las encuentra en el celular: todo se quedó en la nube.

Pero no es el final abierto, o la posibilidad de una saga, lo que se quedó dando vueltas en mi cerebro al terminar la película y sentarme a ver reseñas de esta en YouTube. Lo que se me quedó fue esta extraña sensación de no querer ahondar más en la filosofía y ciencia detrás del universo de la película. Es decir, no tenía ni un gramo de curiosidad por conocer el Lore. ¿Qué es el Lore? El lore es una palabrita en inglés que se usa para describir la ciencia o teoría detrás de un producto de ficción. Por ejemplo, cuando uno ve una película basada en un comic, se puede decir que el lore comprende todo el universo de la cadena de comics. El conocimiento del lore te permite reconocer con facilidad como fan del universo representado los distintos easter eggs y datos escondidos en la película que hacen referencia a otros elementos del mismo universo que no están siendo tocados en la historia.

El lore constituye parte importante de todas las sagas, en cada entrega se hace referencia o se apela a algún tipo de conocimiento previo sobre el personaje y las reglas de juego del universo. La saga original de Child's Play no ha sido ninguna excepción a la regla. Desde la introducción del personaje como un asesino en serie que hace uso del voodoo para traspasar su alma a un muñeco, hemos podido ver el desarrollo de este personaje y el crecimiento del lore a lo largo de las secuelas. Las primeras tres entregas nos muestran una historia más o menos linear que trata al personaje con algo de seriedad. Es a partir de la cuarta película Bride of Chucky (o La novia de Chucky) que podemos vislumbrar un uso más dinámico del lore, además de la inclusión de elementos cómicos que caracterizan el estado actual de la saga. Bride of Chucky reafirma las reglas de juego, nos recuerda el origen de Chucky, la importancia de lo sobrenatural, nos presenta a Tiffany la novia de Chucky y además sugiere que Chucky, Freddy Krueger, Jason Vorhees, Michael Myers y Leatherface existen en el mismo universo; la secuela Seed of Chucky a cargo de Don Mancini (el creador y quién continúa a cargo de la saga) establece un lore expandido hacia el mundo real, el universo de Child's Play ahora incluye a la hija trans de Chucky y Tiffany, Britney Spears y la actriz que hace la voz de Tiffany: Jennifer Tilly.

Bride of Chucky (1998)

Las siguientes dos secuelas continúan con la debacle y nos vuelven a presentar al Andy de la primera película, quién ya adulto investiga lo ocurrido en la saga desde la última aparición de su personaje. Haciendo uso de todo el lore acumulado, se establece que Tiffany sigue viva en el cuerpo de la actriz Jennifer Tilly y que luego de revivir a Chucky, ambos comienzan a atar cabos sueltos. Chucky y Tiffany regresan a atacar a la hija de una víctima de Chucky de hace más de 20 años, resulta que fue justamente luego de asesinar a esa víctima que Chucky termina siendo asesinado por la policia en primer lugar. El siguiente objetivo es Andy, quién logra defenderse de Chucky con una escopeta. Cult of Chucky establece la posibilidad de que Chucky transfiera su alma en más de un muñeco a la vez, termina con Chucky poseyendo el cuerpo de la protagonista para luego huir con Tiffany. Finalmente, esta última entrega de la saga deja un final abierto con la hermana de Andy del orfanato de la segunda película continuando con la labor de luchar contra Chucky y Tiffany.

El remake recientemente estrenado no significa necesariamente el fin de la saga original. Don Mancini mantiene los derechos sobre la saga, la cual tiene una serie en producción que continuaría con la historia tal cual la dejamos en Cult of Chucky. La serie estaría próxima a estrenarse en el 2020 y Mancini a expresado la firme intención de continuar con una serie de películas, incluso un crossover con nada más y nada menos que Freddy Krueger como invitado de honor, el cual se titularía Child's Play on Elm Street. Lamentablemente hasta la fecha no tenemos mayores actualizaciones sobre la serie o cualquier posible secuela. Por lo que los fans del muñeco diabólico deberemos hacer durar la euforia generada por el remake.

Lo que pasa con el remake es que trata de darte una explicación racional corta que responda a todas tus dudas y ate cualquier cabo suelto. El comercial y algunas escenas de contexto nos explican todo lo que hay que saber, es un muñeco con acceso a Wi-fi y Bluetooth, punto. No hay nada más detrás de este muñeco, pero si muchas posibilidades por delante. La película pudo haber hecho uso de más gadgets o tecnologías modernas en la última secuencia de asesinatos, me imagino que están guardando algunos ases bajo la manga para posibles secuelas. Pero es precisamente la simpleza de la premisa lo que me desengancha al terminar la película, siento curiosidad por las posibilidades morbosas y asesinas pero no hay nada detrás que me enganche a investigar más o querer saber más sobre el personaje. Por ejemplo, con lo simple y campy que fue 13 Fantasmas, la posibilidad de averiguar más sobre el pasado de cada uno de los fantasmas me mantuvo horas buscando información en Internet. 

La posibilidad de saber más, de conocer el mundo detrás de lo que nos muestra la película en primer plano, mantiene al espectador enganchado con la franquicia. Son los secretos y detalles no revelados lo que nos mantiene pegados a la pantalla. Al explicar de arranque con completa claridad y sin mucho misterio los mecanismos de funcionamiento del universo de nuestra película logramos crear un producto cohesivo y cerrado, que paradojicamente dificulta la creación de una secuela a nuestra película. Una posible secuela ahora deberá crear un nuevo conflicto, en el caso de Child's Play el conflicto tendrá que abordar un futuro en el que Chucky ha logrado corromper el servidor de todos los productos de la misma marca. Lo siguiente ya es especulación, pero si nos ponemos espesos podríamos asumir que la franquicia tomaría un rumbo completamente distinto y que la posibilidad de numerosas secuelas irreverentes está completamente fuera de discusión.

Y a mi eso me molesta... un poco.

Verán, puede que me reviente altamente la nueva apariencia del muñeco, pero me sigue gustando la premisa con todos sus cambios y su adaptación a la modernidad. Me agrada la idea de un muñeco que lentamente va desarrollando agencia, que al imitar comportamientos humanos termina todo psicópata. No tengo muchos problemas con este nuevo origen y por consiguiente nueva posibilidad de lore. Tengo problemas con aceptar el hecho de que las sagas de terror tal y como las conocía desde mi chiquititud, ya no son el modelo a seguir por los grandes estudios. Lejos quedaron los días en los que nos brindaban secuela ridícula tras secuela ridícula sin que nadie las ande pidiendo, lejos la posibilidad de convertir al villano de la película en un chiste interno con demasiado Build-up, lejos los crossovers como Freddy vs. Jason. En parte la responsabilidad no es enteramente de los realizadores; a nivel un poco más de producción, Universal tiene los derechos de todas las películas de la saga original, a excepción de la primera entrega que se mantiene en la casa productora Orion, de la cual Orion puede hacer cuantos remakes quiera hacer en tanto no se asemejen demasiado a la premisa original y su eventual desarrollo, limitando de esta forma las posibilidades de desenvolvimiento del personaje.

Pero esta reseña ya se extendió demasiado y mi duelo interno no es motivo de discusión. Al margen del vómito verbal que me acabo de echar para hablar de algo que a nadie le importa realmente, Child's Play (2019) es un buen remake, sería un excelente remake si no hubiesen rediseñado tan mal al maldito muñeco. La trama subyacente en plan "la tecnología nos aliena y nos ataca" estaba un poco cursi, pero las muertes y las actuaciones compensan al 110% cualquier nimiedad que me pueda incomodar. Las dinámicas entre personajes y el realismo de los diálogos me mantuvo enganchada y logró que me identifique con algunos personajes, sobretodo los más disidentes. Y, finalmente, rescato muchísimo que hayan puesto un personaje con discapacidad cuya discapacidad no es el centro de su personalidad. Pero si creo que la personalidad tan grande de algunos personajes en contraste con la completa carencia de personalidad de Chucky me dio esta sensación de estar viendo cualquier otra película y no una película de Chucky.