Roma (2018)



SPOILERS

En los años 70s en México se vivían tiempos de inseguridad y represión. El 10 de Junio de 1971 un grupo de estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de México y el Instituto Politécnico Nacional salieron a las calles para exigir de forma pacífica mayores libertades políticas y la democratización de la enseñanza. Un grupo paramilitar denominado “Los Halcones” abrió fuego contra los estudiantes dejando decenas de víctimas fatales y heridos, se le conoce a este hecho como “La matanza del jueves de corpus” o “El Halconazo”. Los paramilitares atacaron en una primera instancia con varas de bambú y palos de Kendo, al no tener mucho éxito contra los estudiantes comenzaron a disparar con armas de fuego de alto calibre. Los estudiantes trataron de huir y esconderse, mientras que los policías se negaban a detener la masacre. Los heridos fueron llevados a un hospital en dónde “Los Halcones” remataron a tiros a los sobrevivientes. Se especula que el número de muertos rodea los 120, incluyendo a un chico de 14 años. La versión que hizo pública la policía es que entre los mismos estudiantes había grupos extremistas que atacaron a sus propios compañeros. Hoy en día se sabe que la existencia del grupo paramilitar era bien sabida entre oficiales del gobierno, y que este había sido especialmente entrenado y armado con fines represivos por el gobierno.

"El Halconazo", 1971, México

La situación política en México de los 70s resuena con la de otros países Latinoamericanos. Roma narra una historia que muchos Latinoamericanos podemos reconocer, porque la hemos vivido. Es sin embargo esa resonancia la que marca la diferencia entre el público latino y el público extranjero.  La desigualdad social se hace notar desde el comienzo en las dinámicas entre Cleo, una trabajadora del hogar de origen indígena, y la familia de clase media-alta para la que trabaja. El trato de la familia con Cleo no es abusivo, pero si distante: A Cleo no se le permite sentarse con la familia, ni en el almuerzo ni cuando la familia está viendo televisión, se le controla incluso el uso de luz en su propio cuarto, el patrón critica duramente el estado de la casa sin importarle que Cleo esté por ahí (demasiado ocupada criando a los niños para dejar todo impecable), la patrona le grita en una escena para descargar su frustración, la hacen cargar las maletas de los niños estando en un avanzado estado de embarazo... Esta situación puede ser considerada como ideal si se tiene en cuenta que muchas empleadas del hogar en Latinoamérica no tienen tanta suerte. Yo por ejemplo estaba casi segura de que Cleo perdería su trabajo al informarle a la señora de la casa que estaba embarazada, porque eso es lo que pasa en muchos países en la vida real. Por ahí vi una reseña en YouTube de una persona estadounidense que de alguna forma interpretó un mensaje feminista en una de las escenas finales cuando la patrona le agradecía a Cleo por haber salvado  a sus hijos, y por primera vez reconocer el estado de crisis emocional en el que Cleo se encontraba. Este momento de hermandad interpretado por el Youtuber como “hermandad feminista” se acaba ni bien Cleo regresa a la casa, en dónde debe volver a su rol de servidumbre. La película sin embargo no dedica mucho esfuerzo a criticar duramente la dinámica servidumbre-patrón, como otras películas latinas que han tratado el tema.

No son solo las dinámicas sociales las que resuenan con el espectador latinoamericano sino también el contexto político y social. Muchos países de Latinoamérica pasaron por situaciones de brutal represión por parte del gobierno, de desapariciones y reformas agrarias que fuerzan a comunidades indígenas a migrar a las grandes ciudades. Entendemos de arranque que no es mera casualidad que ambas trabajadoras domésticas sean de origen indígena, en contraste con la familia para la que trabajan que es blanca de clase media-alta. La película maneja una serie de códigos particularmente latinos que no se detiene a explicar con cucharita.



La película nos muestra a Cleo hablando en mixteco, su lengua materna, cuando desea comunicarse con naturalidad con Adela, la otra trabajadora de la casa. Vemos que los únicos momentos en los que se puede desenvolver con soltura es cuando se encuentra en su habitación en su día de descanso. A pesar de pasar la mayor parte de su tiempo con la familia para la que trabaja, los únicos miembros de la familia que le muestran alguna especie de afecto son los niños, en particular los más pequeños. La cinematografía apoya la necesidad de la película de mostrar a Cleo de forma natural e íntima. La cámara rodea a Cleo en planos secuencia perfectamente coreografiados, utilizados principalmente cuando Cleo se encuentra en el centro de eventos particularmente importantes. Una escena particularmente fuerte es la escena del parto en la que podemos ver el desapego emocional con la que tratan a Cleo en el hospital tras romper fuente. La escena transcurre en una sola secuencia dando la impresión que Cleo no tiene ni un solo momento de tranquilidad para asimilar lo que está pasando.  El uso del plano secuencia genera en el espectador una ansiedad fuerte que empalma con el desenlace de cada una de estas escenas.

La cinematografía se demora en asentarse en el espectador, sobre todo cuando no se está acostumbrado al cine en blanco y negro. A mi parecer la serenidad que genera el blanco y negro ayuda mucho a que nos enganchemos a la historia, de haber sido rodada a color pude haberme distraído mucho con los colores en escenas de mayor congestión visual, como la escena del cine por ejemplo. El maravilloso uso de la luz y la sombra genera un dramatismo magnífico en algunas escenas y agrega mucho al in crescendo de la segunda mitad del film.

La escenografía y el set fueron creados especialmente para la película, se recreó todo un barrio mexicano tal y como Cuarón lo recordaba, este logro es en sí un impresionante despliegue de producción artística, lástima que la falta de color pueda costarle el Oscar a mejor diseño de producción. En ese sentido podemos afirmar que en Roma no hay ni un solo pequeño detalle que no haya sido pensado con anticipación. La forma tan afanosa con la que Cuarón retrata al padre meticulosamente tratando de meter el enorme Ford Galaxy en ese angosto garaje, en comparación con la precipitación de la madre que ya se encuentra en un estado de desesperación y no tiene reparos en maltratar el auto porque le importa poco.



De modo más objetivo, tomando en cuenta una serie de reseñas y opiniones sobre la película que he leído estos días, parece ser que para el público latino el consenso es que, si bien la película está magníficamente realizada, es un tema que se ha visto numerosas veces en el cine nacional de cada país en situaciones similares. Recuerdo por ejemplo la coproducción chilena-española “La Nana” del 2009 que trata sobre una nana cama adentro que se siente amenazada ante la posibilidad de ser reemplazada por otra nana como objeto de afecto de algunos miembros de la casa. Es un tema recurrente de los medios audiovisuales latinos la historia de la empleada del hogar y su relación con la familia, ya sea positiva o negativa, y una característica común del tratamiento del tema el protocolo que se espera de la trabajadora del hogar a pesar de recibir afecto por parte de algunos miembros de la familia. Es quizás por esto que el público latino puede sentir que esta historia ya la ha visto antes, más de una vez, y por tanto no es tan impresionante como podría ser para un público de otro origen. En mi caso, fue el haber reconocido el tratamiento del tema lo que me dio una sensación de familiaridad con los personajes crucial para entender mejor al personaje de Cleo y cómo puede haber estado sintiéndose a lo largo de la película.

No es una película para todos, y no se puede tomar eso como una crítica. He conocido gente que no soporta ninguna película en blanco y negro, por otro lado mis compañeras de trabajo están de acuerdo en que no se sintieron atraídas hacia la película porque les parecía ya haber visto la trama en otras películas, incluso hay personas que no logran disfrutar la película porque el ritmo es bastante lento. Las opiniones parecen estar bastante polarizadas, pero parece ser que la opinión más común entre mis colegas críticos es que esta es una de las más fuertes contendientes entre las nominadas al Oscar a mejor película. A mí en lo personal, me encantó y creo que este es un buen primer paso a que se rompa el monopolio de Hollywood en los Oscars.

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