Los días de Ayotzinapa (2019) [reseña y reflexión]

"No sabemos si duermen 43, pero despertamos millones"



Los Hechos

El 2 de Octubre en la ciudad de México se celebra anualmente la marcha por la justicia para las víctimas de la matanza de Tlatelolco (1968), en la cual fuerzas militares y policiales asesinaron a más de 320 estudiantes y civiles en la Plaza de las Tres Culturas en Tlatelolco, Ciudad de México. La matanza es considerada como parte de la "Guerra Sucia" mexicana, una serie de atentados represivos por parte del estado en contra de movimientos de oposición política. 46 años después de la masacre de Tlatelolco, y como ya se había hecho costumbre, el 26 de Setiembre del 2014 un grupo de estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa "tomaron" unos buses que los llevarían a Ciudad de México, en dónde participarían de la marcha por la justicia para las víctimas de la masacre de Tlatelolco.

La costumbre de varios años de "tomar" los buses por parte de los estudiantes respondía a una necesidad de obtener el transporte que el estado no le proporcionaba a la institución educativa. Como cada año, se le informaba a las entidades de transporte que iban a necesitar de unos cuantos buces con sus respectivos chóferes para poder movilizarse a Ciudad de México. De tal forma se realiza una "toma" ilegal, más simbólica que otra cosa, de dichos buses. 3 de los 5 buses (El Estrella de Oro 1568, el Costaline 2012 y el Costaline 2510), en los que viajaban aproximadamente unos 80 estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, son interceptados por fuerzas policiales que fueron alertados por el chófer de uno de los buses. Los policías habían dejado una camioneta varada en la en la esquina de las calles Juan N. Álvarez y Periférico Norte en la ciudad de Iguala, los policías comienzan a realizar una serie de disparos al aire con el objetivo de asustar a los estudiantes para que bajen del autobús. Los estudiantes bajan del autobús con el objetivo de defenderse de los policías al darse cuenta que las balas ahora apuntaban hacia los autobuses. Durante el enfrentamiento queda gravemente herido el estudiante Aldo Gutierréz Solano, de una herida de bala en la cabeza, y el estudiante Daniel Solís Gallardo. Mientras tanto un estudiante graba desde su celular al estudiante Aldo quién yace tirado en el suelo. Los estudiantes atrincherados en los autobuses piden a gritos que se cese el fuego pues son estudiantes desarmados, y piden que se llame una ambulancia para auxiliar al estudiante herido. 45 minutos después llega una ambulancia que se lleva a Aldo Gutierréz Solis.

De los 3 autobuses varados en las calles Juan N. Álvarez y Periférico Norte, la policía se lleva en camionetas policiales marcadas a unos 20-30 estudiantes luego de golpearlos en el piso. Los estudiantes alertan a sus compañeros en Ayotzinapa de los incidentes, los cuales envían un convoy de 20 estudiantes en su ayuda. También llaman a los compañeros que se habían demorado en salir de la estación, para avisarles de la intervención policíaca.  Sin embargo, los estudiantes alertados deciden ir al auxilio de los otros 3 buses. El autobús "Estrella Roja 3278" jamás llega al auxilio de sus compañeros pues es intervenido por policías cuando se encuentra atorado en el tráfico, los policías les indican bajo amenazas que se vayan de la zona y dejen el autobús en dónde está. Los estudiantes hacen caso omiso y deciden encontrarse con sus compañeros para auxiliar a los detenidos. En el camino, el grupo de estudiantes del Estrella Roja 3278, indica haber sido tratado con desdén e indiferencia por parte de taxistas y trabajadores de tiendas 24 horas cuando estos trataron de tomar taxi o comprar agua en las tiendas, había una sensación de que en Iguala se sabía lo que estaba pasando. Al mismo tiempo, más adelante en la carretera los estudiantes en el bus Estrella de Oro 1531 son interceptados bajo un puente por un grupo de policías. La policía lanza gas lacrimógeno al interior del autobús, indicándole a los estudiantes que bajen del autobús. Acto seguido, la policía se lleva aproximadamente entre 15 y 20 estudiantes.


Paralelamente un autobús que trasportaba al equipo de fútbol " Los Avispones" es atacado por un grupo de hombres armados quienes disparan al conductor del autobús, Víctor Manuel Lugo Ortiz, para detener el autobús, pensando que este pertenecía al grupo de autobuses de los estudiantes normalistas. Los hombres armados piden que se abran las puertas del autobús y matan de un balazo al estudiante de 14 años David Josué García Evangelista, y disparan al director técnico del equipo dejándolo gravemente herido. Uno de los adultos en el autobús grita informando a la policía que eran un equipo de fútbol. Acto seguido, se escucha por parte de los hombres armados a uno de ellos decir "Ya la cagamos comandante, son futbolistas". Los hombres armados proceden a irse del lugar de los hechos. En el ataque muere también Blanca Montiel Sánchez quien se encontraba en un taxi cerca del autobús intervenido, víctima de una bala perdida.

Un par de horas después de la llamada a los estudiantes en Ayotzinapa, llegan los 20 estudiantes del segundo convoy al auxilio de sus compañeros en Iguala. Los estudiantes procuran reunir a sus compañeros y convocar a una rueda de prensa a la media noche. A pesar de una serie de bloqueos policiales y la amenaza de peligro, llegan unos 10 periodistas al lugar de los hechos a recabar el testimonio de los estudiantes. Es precisamente mientras los periodistas graban un audio de los testimonios que se da un segundo ataque. Esta vez individuos armados con capuchas disparan a quemarropa a estudiantes y periodistas, dejando muertos a los estudiantes Julio Cesar Ramírez Nava y Julio César Mondragón Fuentes. Otros recuentos indican que en este segundo ataque muere Daniel Solís Gallardo, quién habría sobrevivido al primer ataque. El Estudiante Edgar Andrés Vargas queda gravemente herido de un balazo en el rostro, los estudiantes proceden a llevar a Edgar a una clínica privada. Dentro de la clínica el director de la misma sale a insultar a los estudiantes y se niega a auxiliar a los heridos. Poco después miembros armados del ejercito entran a la clínica violentamente, pidiendo que los estudiantes entreguen sus celulares y amenazando a los estudiantes con "desaparecerlos para siempre" si no daban sus nombres reales. Poco después el discurso de los militares cambia, su actitud se amilana, explican que había sido un malentendido y que iban a traer ambulancias para los heridos.

Cuando los estudiantes sobrevivientes se organizan para recoger a sus compañeros detenidos, son recibidos por fiscales y oficiales que no solo no daban razón de los 57 estudiantes desaparecidos sino que los retuvieron para interrogarlos sobre lo que sabían del ataque. Uno de los estudiantes narra que un policía le habría mostrado una fotografía del rostro desollado de Julio César Mondragón Fuentes a la par que le preguntaba si sabía quién era. A la mañana siguiente, tras ser cuestionados públicamente sobre la desaparición de los 57 estudiantes, las fuerzas policiales indican que 14 de los desaparecidos habían estado bajo custodia policial pero ya se encontraban en sus hogares, los otros 43 se encontraban oficialmente desparecidos. La primera versión oficial a cargo de las autoridades de Guerrero señalaban al alcalde de Iguala, José Luis Abarca, de ser el autor material de la matanza en colaboración con el crimen organizado. La razón por la cuál según las autoridades de Guerrero, Abarca habría mandado a atacar a los estudiantes sería una supuesta intención por parte de los estudiantes de interrumpir un evento oficial de su esposa María de los Ángeles Pineda.




Hasta el 2 de Octubre del 2014 no se tenían noticias de los 43 estudiantes desaparecidos, tras el grito de "Vivos se los llevaron, vivos los queremos" salieron a marchar miles de personas reclamando que el estado se haga responsable por las desapariciones. Una semana después del siniestro, el presidente Enrique Peña Nieto declara públicamente que el gobierno participará en el esclarecimiento de los hechos. Sin embargo, cuando se hace clara la intención de las autoridades de Guerrero de inspeccionar a fondo la intervención de los grupos militares involucrados, el estado retira la responsabilidad del caso a las autoridades de guerrero. Acto seguido se revela el descubrimiento de 5 fosas clandestinas encontradas en Iguala, lo que da a entender que se han encontrado los cadáveres de los 43 estudiantes desaparecidos. Luego de una serie de detenciones, la procuradoría general de la república mexicana (PGR) da la versión oficial de los hechos, la matanza habría sido orquestada por María de los Ángeles Pineda en colaboración con su esposo el alcalde de Iguala José Luis Abarca, quienes habrían dado la orden a la policía de atacar y detener a los estudiantes. Los estudiantes detenidos luego habrían sido entregados al cartel de Guerreros Unidos, quienes habrían asesinado a los 43 estudiantes. De acuerdo con esta versión, un cartel rival llamado "Los Rojos" habría instado a los estudiantes de la Normal a que protesten en contra del alcalde de Iguala. Los estudiantes habrían sido asesinados y calcinados en un basurero de Cocula, y sus restos lanzados a un río cercano en bolsas negras.

Tras las declaraciones del PGR, los estudiantes de la Escuela Normal Rural de Ayotzinapa, así como los familiares de las víctimas, rechazaron el informe pues este no presentaba coincidencias tangibles entre los estudiantes y los restos humanos encontrados en Cocula. El PGR pretendía hacer pasar por verdad que: los 43 estudiantes fueron secuestrados e incinerados por el cartel de Guerreros Unidos la madrugada del 26 de Setiembre en el basurero de Cocula a pesar de que los testimonios que ellos mismos presentaban decían que había estado lloviendo a cántaros en la zona, de alguna forma el cartel se las habría arreglado para producir un fuego lo suficientemente potente como para incinerar 43 cuerpos sin que nadie se de cuenta a pesar de la existencia de imágenes satelitales que comprueban que no se realizó tal incendio. las declaraciones del PGR no tenían en cuenta que la fuerza de calor necesaria para incinerar 43 cadáveres hubiese requerido de por lo menos 13 mil kilogramos de neumáticos o 30 mil kilogramos de madera, que un incendio de tal magnitud hubiese destruido un área muchísimo más grande que la que se puede apreciar en el caso del basurero de Cocula y que los restos óseos del estudiante Alexander Mora Venancio encontrados en una bolsa en el Río San Juan por el PGR se encontraban en un estado diferente al de los otros restos óseos encontrados.




El grupo interdisciplinario de expertos independientes (GIEI) que se encargó de investigar los hechos de la mano de los familiares de los desaparecidos y las víctimas desarmo efectivamente la versión oficial del PGR haciendo uso de nuevas investigaciones y análisis realizados por expertos de talla internacional, además de las inconsistencias y contradicciones encontradas en el informe oficial. A lo largo de la investigación del PGR se comprobó que muchas de las confesiones habían sido resultado de largas torturas y violaciones sexuales a los presuntos culpables. Mientras tanto, y a pesar de saberse a ciencia cierta que representantes todas las fuerzas del orden en Iguala habían participado de los ataques, y tenerse pruebas tangibles de la participación de fuerzas militares en los ataques, no se lograba entrevistar al batallón 27 de la infantería el ejercito mexicano. Es más, no se logró si quiera ingresar a las instalaciones militares para comprobar con balística si había correlación entre las armas disparadas esa noche y las que portaban los miembros del batallón 27. Posteriormente se da a conocer que el último paradero satelital de los celulares de algunos de los 43 estudiantes desparecidos fue efectivamente la zona en la que se encuentran dichas instalaciones. El general Salvador Cienfuegos Zepeda al ser cuestionado sobre por qué no permitía que se investigue a fondo la participación militar en la desaparición de los 43 de Ayotzinapa respondió: 
 “Ingresar a las instalaciones militares, a ver, ¿por qué?, la Procuraduría General de la República hizo su investigación y no encontró ningún indicio mínimo de nuestra participación en algo ilegal. (...)"
A pesar de los esfuerzos del GIEI, la falta de cooperación del estado mexicano, y del presidente Enrique Peña Nieto, no permitió que lleguen a una conclusión en sus investigaciones, por lo que tuvieron que regresar a sus respectivos países tras hacer públicos los resultados de la investigación. Finalmente en Diciembre del 2018, el nuevo presidente de México Andrés Manuel López Obrador firma un decreto que garantiza la creación de una delegación que establezca que fue lo que pasó con los 43 estudiantes desaparecidos.



Los días de Ayotzinapa (2019)

La serie documental de dos capítulos, estrenada muy recientemente en Netflix, cuenta con la conducción del escritor, político y activista mexicano Paco Ignacio Taibo II, quién es actualmente el director del Fondo de Cultura Económica. La miniserie narra en dos capítulos, cada uno de una hora aproximadamente, los hechos que transcurrieron durante la noche del 26 de Setiembre en Iguala, México; así como la investigación realizada por el PGR y el GIEI los siguientes 4 años. Cuenta con la participación de las víctimas sobrevivientes del ataque, miembros de los grupos de investigación independientes y periodistas que han estado cubriendo el suceso desde su comienzo.

A lo largo del primer capítulo los hechos narrados tal cual los he reproducido en la primera parte de esta entrada, acompañado por la ayuda visual del informe forense realizado por el Equipo Argentino de Antropología Forense, el cual se encuentra disponible en su totalidad en el portal "Plataforma Ayotzinapa". La narración viene acompañada de los testimonios de algunos sobrevivientes, además de grabaciones realizadas por los estudiantes de los ataques que sufrieron. La segunda parte cambia el enfoque forense por una narración bastante detallada del desarrollo de la investigación hasta la actualidad. En cuando a la calidad audiovisual del primer capitulo no hay mucho que decir, es un documental que se sostiene, con una producción muy bien realizada, que proporciona una serie de ángulos y puntos de vista nuevos con absoluta claridad, y que como producto audiovisual te mantiene al borde del asiento durante las dos horas que comprende la totalidad de la miniserie.

Tal y como ha ocurrido en el pasado con una serie de películas cuyo valor político-social supera grandemente la conversación sobre los aspectos técnicos, "Los días de Ayotzinapa" cumple una función informativa que no puede ser "reseñable". No se puede recomendar la miniserie por ser "entretenida", ni juzgar su valor como documental basándonos en la calidad de la edición o el ritmo de la misma. Y sin embargo, "Los días de Ayotzinapa" es uno de esos documentales que uno debe recomendar por obligación moral, que debemos ver por respeto a quienes participaron en su realización. En la era de la información, muchas veces el desarrollo de la justicia depende de la viralización de los casos con más obstáculos, en el caso de la desaparición de los 43 de Ayotzinapa es aún más apremiante que se le de una vida nueva a la presencia mediática del caso.

Además de esta miniserie, también está disponible en la plataforma el documental "Ayotzinapa: el paso de la tortuga" realizado tan solo un año antes, que sigue los esfuerzos de familiares y estudiantes por encontrar a los 43 estudiantes desaparecidos.



América Latina

América Latina no escapa de la terrible sombra de las desapariciones forzadas. En todo el territorio que comprende América Latina se escucha el canto de pueblos víctimas de décadas de sometimiento y represión, de madres que buscan a sus hijos hasta que les llega la muerte, de poderosos que nunca ven llegar las consecuencias de sus crímenes. El dolor que vi en los rostros de víctimas y familiares se me hace demasiado familiar y cercano como para seguir con mi día a día sin escribir algo al respecto. Y es que las desapariciones forzadas, las ejecuciones extrajudiciales y el terrorismo de estado han sido el pan de cada día de muchos países de América Latina, incluyendo el mío.

Tras las 2 décadas que formalmente comprenden el periodo de conflicto armado interno en el Perú, además de aproximadamente 70 000 muertos, quedan aún  20,329 desaparecidos. De esas 20,329 personas desaparecidas, se han encontrado los restos de 865 y han sido devueltos a sus familiares hasta mediados del año pasado. Las desapariciones forzadas y ejecuciones extrajudiciales eran consideradas política de estado durante el conflicto armado interno, sobre todo cuando en 1983 las Fuerzas Armadas reemplazan a la Policía Nacional en el combate anti subversivo en el departamento de Ayacucho. Al poner al mando a las Fuerzas Armadas se estableció una política de represión violenta que se manifestó en una serie de asesinatos selectivos y masivos en las zonas de conflicto que normalmente no tenían ningún tipo de consecuencia judicial para los perpetradores. Los miembros de las F.F.A.A jamás recibieron ordenes que les instruyeran a actuar de acuerdo con los tratados de derechos humanos, más bien se les indicaba que el objetivo no era aprehender a un posible sospechoso y llevarlo a la justicia, sino eliminar al objetivo. No bastando con el abuso cometido por las F.F.A.A, los casos que fueron denunciados normalmente no eran investigados y los responsables por lo general no eran castigados. Por esta falta de garantías judiciales por parte del gobierno peruano es casi imposible averiguar cuántas de estas 20,329 víctimas han desaparecido por obra de las F.F.A.A y cuántos por obra de grupos terroristas.

Además de las alarmantes cifras de desapariciones forzadas, se da en Perú el caso "La Cantuta", en el que 9 estudiantes y un profesor de la Universidad Nacional de Educación Enrique Guzmán y Valle fueron secuestrados, torturados y asesinados por el grupo militar "Colina" extrajudicialmente. El asesinato se los estudiantes fue orden directa de Vladimiro Montesinos, asesor del entonces presidente Alberto Fujimori, quién estaba al tanto del operativo. Montesinos posteriormente fue condenado por 22 desapariciones forzadas realizadas durante el gobierno de Fujimori. En total 176 estudiantes Universitarios y 3887 niños o adolescentes, fueron desaparecidos, torturados o ejecutados por grupos terroristas o las Fuerzas Armadas. Los cuerpos de dos de esos estudiantes fueron incinerados en hornos ubicados en el sótano del Servicio de Inteligencia de Perú, hoy en día se sabe que dichos hornos eran usados para desaparecer los cuerpos de secuestrados.


Fueron miembros de las Fuerzas Armadas quienes denunciaron los numerosos casos de crímenes contra los derechos humanos, un grupo de militares filtró los documentos y pruebas necesarias para condenar a los altos mandos responsables de la masacre de La Cantuta y otros actos extrajudiciales. Las condenas de Vladimiro Montesinos, Alberto Fujimori, el General Nicolas Hermosa Ríos, Santiago Martín Rivas y una serie de militares que participaron en las matanzas y desapariciones, representa un avance importante en la lucha por la defensa de los derechos humanos en Perú; pero no es para nada la justicia que merecen las víctimas y familiares. Miles de personas responsables por los terribles crímenes de lesa humanidad siguen sin enfrentar la justicia y probablemente nunca lo harán. Con el pasar de las décadas los familiares de las víctimas nos van dejando sin haber recibido respuesta sobre el paradero de sus seres queridos.

Al otro lado de la frontera Chile también llora los desaparecidos de la dictadura de Pinochet. En Abril del año pasado, la Universidad de Chile otorgó títulos póstumos a 104 estudiantes desaparecidos o asesinados durante la dictadura militar. La dictadura de Pinochet dejó un saldo de 40 mil víctimas entre torturados, ejecutados y desaparecidos. 3225 de estas víctimas se consideran muertas o desaparecidas. Al igual que en Perú, en Chile se tenía como política de estado durante la dictadura militar las violaciones de los derechos humanos.

Tras un golpe de estado realizado el 11 de Setiembre de 1973 realizado por las Fuerzas Armadas, se declaran ilegales los partidos políticos de tendencia izquierdista y se llama a la población a denunciar a cualquier individuo que parezca ser de dicha tendencia. Se llamó a que aquellos que fuesen lideres de movimientos populares se entreguen voluntariamente para regularizar su situación, miles de personas fueron conducidas al Estadio Nacional y fusilados, entre ellos el cantautor Victor Jara. Estuvieron involucrados en las torturas, desapariciones y ejecuciones la Dirección de Inteligencia Nacional, posteriormente reemplazada por la Central Nacional de Informaciones quienes continuaron con las actividades extrajudiciales. En pocas palabras, el ejercito Chileno al mando del General Augusto Pinochet, secuestró a cualquier persona que pueda haber sido considerada de oposición o de tendencia izquierdista con el fin de torturarlos y obtener información sobre otras personas que puedan estar en contra de la dictadura militar. Muchas de esas personas fueron ejecutadas luego de haber sido torturadas, ademas de las personas que fueron ejecutadas en el acto al saberse sus vínculos con grupos de izquierda.




En 1976, en concordancia con el Plan Condor, la dictaudra militar de Jorge Rafael Videla en Argentina detenía personas consideradas de oposición a quienes torturaban, asesinaban y desaparecían. Entre las personas secuestradas habían miles de mujeres embarazadas que daban a luz secuestradas y luego eran desaparecidas, y sus hijos dados en adopción a altos mandos del gobierno. Un grupo de madres decidió salir a protestar a la ya conocida Plaza de Mayo, demandando que se les devuelvan a sus hijos, la respuesta del gobierno fue secuestrar a 3 fundadoras de las Madres de Plaza de Mayo junto con 2 monjas francesas, y arrojarlas vivas desde un avión. Terminada la dictadura, la mayor parte de militares culpables y procesados por los crímenes y desapariciones fueron eximidos de toda culpa o indultados por el gobierno, no fue hasta el 2008 que se logró condenar a algunos de los responsables. En la actualidad según las víctimas y familiares, hay alrededor de  30.000 desaparecidos, el estado solo reconoce a 9.000.

La emblemática "Noche de los Lapices" marca un oscuro episodio de la dictadura Argentina. El Servicio de Inteligencia del Ejercito secuestró a 10 estudiantes de secundaria por haber protestado para que les hagan descuento en el transporte público. Los estudiantes fueron torturados por una semana para luego ser desaparecidos. 4 lograron sobrevivir, se presume que los otros 6 desaparecidos fueron asesinados.

 En Uruguay hay unos 200 desaparecidos producto de la dictadura militar. En Brasil se estima que la dictadura militar dejó unos 431 muertos y desaparecidos. La dictadura paraguaya dejó un saldo de 423 desaparecidos, 18.772 torturados y 59 ejecutados. En Bolivia una investigación universitaria expuso que el número de víctimas de la dictadura fue de al menos 1000 muertos, de los cuales solo se han podido identificar 627, entre ellos un niño de 8 años que murió en la masacre de San Juan (1976); Amnistía Internacional, por otro lado, reporta 200 víctimas asesinadas y 150 víctimas de desaparición forzada. En Colombia más de 60.000 han sido víctimas de desaparición forzada entre 1970 y el 2015. 

¿Por qué fue América Latina tan castigada por las dictaduras militares y los crímenes de lesa humanidad? 

Reflexión

Hoy en día se sabe de Henry Kissinger y su maldito Plan Cóndor. Seguir, vigilar, detener, torturar, violar, asesinar, quemar y desaparecer a cualquiera que pueda ser considerado como subversivo al "orden establecido"... Pero hablamos de regímenes represivos que pisaban al pobre, que hacían ilegal géneros de música, que controlaban los medios, que abusaban rotundamente del poder impuesto en sí mismos por ellos mismos, ¿Así quién no va a ser subversivo? El tema pega fuerte a quienes como yo nos introdujimos en el tema de las dictaduras Latinoamericanas estando en la universidad; mientras que yo tengo plena libertad de salir a marchar por el reconocimiento de las víctimas de la dictadura Fujimorista, hace no mucho mi nombre hubiese estado en una lista de estudiantes desaparecidos "de inclinaciones terroristas". Lo mismo deben de haber pensado los estudiantes normalistas al tomar los buses y dirigirse a la marcha por el 2 de Octubre, "hay que ir a marchar, por aquellos estudiantes asesinados en el 68 que no tienen la libertad que tenemos nosotros de salir a marchar sin ser asesinados". Y sin embargo hoy yacen desaparecidos 43 de ellos, cuando se supone que los crímenes cometidos durante las dictaduras y gobiernos represivos latinoamericanos no deberían de ocurrir. En esta nueva era de información inmediata parece increíble la posibilidad que 43 estudiantes jóvenes puedan desaparecer de manera tan violenta, o que policías y militares puedan cometer semejante atrocidad, sin que se vuelva viral inmediatamente....¿Qué evita que esto vuelva a ocurrir?

El Plan Cóndor fue una operación criminal, un intento de los Estados Unidos de aliarse con las fuerzas de poder en distintos países de Latinoamerica con el fin de erradicar la tendencia comunista en el continente, de eliminar a cualquier izquierdista, de hacer ilegal el ser de oposición. Pero no basta con señalar al gigante norteamericano como el responsable de tanto horror en tierras latinas, son nuestros gobiernos los que hasta el día de hoy permiten la revictimización de aquellos que perdieron la vida y fueron desaparecidos durante las décadas más oscuras de nuestra política. La historia se repite en cada uno de estos países; miles de militares que no sufren consecuencia alguna por haber actuado "bajo ordenes superiores", altos mandos que huyen o cumplen sentencias simbólicas por casos emblemáticos, dictadores que cuentan con el apoyo de algunos sectores de la población a pesar de haber cometido terribles crímenes contra los derechos humanos, miles de miles de familias que no pueden enterrar a sus muertos porque el gobierno se encargo de desaparecerlos...

¿Como podemos cerrar las heridas del pasado cuando hoy en día el gobierno mexicano continúa protegiendo al batallón 27 con la misma conchudez con la que Videla desestimaba la búsqueda de los desaparecidos durante su dictadura? ¿Como pretendemos superar las trágicas consecuencias de las dictaduras cuando hace tan solo 4 años fueron desaparecidos por policías y militares 43 estudiantes a vista y paciencia de todos?

Como dije lineas arriba, "Los días de Ayotzinapa" pega fuerte en mi corazón. Mi generación creció en la plena comodidad de saber que las dictaduras ya habían terminado, que ya no se secuestraban personas en las calles, que ya no habían cochesbomba ni apagones, que los militares y Sendero ya no mataban a nadie... Crecimos pensando que podíamos ir a estudiar tranquilos y ser izquierdistas, que podíamos ser militantes y que se debía proteger constitucionalmente nuestro derecho a la protesta. La desaparición de los 43 estudiantes normalistas y el encubrimiento del estado Mexicano sobre lo que verdaderamente ocurrió con ellos nos demuestra que no existe un final mágico a la corrupción y los crímenes de lesa humanidad en América Latina, que no basta con derrocar a los dictadores y reconocer lo crímenes, hay que indemnizar a las víctimas y encontrar a TODOS los desaparecidos, hay que hacer que cada culpable pague el precio de sus crímenes, hay que salir a protestar por cada injusticia. Hay que tener siempre presente como Latinoamericanos nuestra historia y luchar todos los días porque esta no se repita. #LaEsperanzaRenace




Resources

Lista de estudiantes asesinados y/o desaparecidos durante la dictadura argentina: https://www.ctera.org.ar/index.php/prensa/item/554-estudiantesasesinados-y-desaparecidosantes-y-durante-la-dictadura-militar

Recreación forense de las desapariciones forzadas de Iguala (caso de Ayotzinapa): https://www.youtube.com/watch?v=k6xayIF81tQ

Plataforma virtual interactiva de las desapariciones forzadas de Iguala (caso de Ayotzinapa): https://www.plataforma-ayotzinapa.org/


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